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Sin duda alguna, el equipamiento electrónico que conforma a un Home Studio es de vital importancia. Sin embargo, tendemos a olvidar que el tratamiento acústico que recibe nuestra espacio es igualmente preponderante a la hora de grabar o mezclar.
La acustización es el método por el cual un lugar es optimizado en cuanto a su desempeño en rango de frecuencias, así como también en su capacidad reflexiva. Es este fenómeno el que debemos reducir en gran proporción, para así evitar su acción en nuestro trabajo sonoro.
Para realizar un disminución significativa en esta materia, veremos a continuación una serie de dispositivos que permitirán que nuestro Home Studio se comporte de la manera más fiel y plana posible.
1. Absortores (paneles acústicos):
Usualmente están construidos de espuma de alta densidad, y tienen como objetivo (como su nombre lo dice) la absorción de las reflexiones tempranas y tardías en un espacio determinado.
2. Trampas de bajo:
Es común que en las esquinas de un espacio físico se “acumulen” ciertas frecuencias y se amplifiquen. Estos nodos se producen debido a un fenómeno acústico llamado resonancia y generalmente se acentúan con frecuencias bajas. Para evitar esto, se debe “romper” dicho ángulo recto, y uno de las maneras más efectivas es mediante las trampas de bajos (absortores de esquinas)
3. Difusores acústicos:
Están construidos con listones madera de dimensión similar, pero disímiles en su longitud. Su función es disgregar parte de las reflexiones tempranas y tardías, cumpliendo así la última cadena del eslabón de optimización acústica.